viernes, 26 de agosto de 2011

Eso que nos mueve... Y punto.

Nuevamente estoy acá- sentada en mi cama, cómoda con la espalda contra la pared- lista para escribir una vez más. Esta vez quiero contarles acerca de la existencia de “eso que me mueve” a escribir.

Veo que somos todos distintos, con diversos gustos, creencias, valores, culturas; diferentes experiencias y vivencias que nos fueron llevando a ser quienes somos. Y sin embargo, más allá de las innumerables diferencias que nos caracterizan, hay algo que creo que todos compartimos, y que podemos entender más allá del idioma y el lugar donde hayamos nacido: Yo lo vivo con el deporte y la escritura; tengo amigas que lo viven con la música y el baile; y a otras les pasa con la pintura y el arte. También están las que encuentran eso en la vida cotidiana, en el compartir, simplemente en la vida diaria.

“Eso” que no logro explicar con palabras, que veo que sólo se puede vivir, se llama pasión. No hay nada más lindo que descubrir qué nos apasiona; qué nos sumerge en un mundo nuevo; en un horizonte en el que nada importa, más allá del momento que estamos viviendo…



Es escuchar una canción que nos conmueve, y punto. Simplemente escucharla, contemplarla, DISFRUTARLA.
Es correr sin destino, correr rápido, correr lento, simplemente correr. Es correr y punto. Correr por la mera satisfacción de que cuando corremos, solamente corremos.
Es pintar un cuadro y convertirse en el pincel. Pintar los colores más impensados y las verdades más brillantes en un lienzo que muchos otros podrán admirar. Pero lo importante, es que se trata de pintar y punto.
Es ir a la cancha aunque haga frío; es salir a correr aunque llueva; es encontrar un espacio para pintar aún sin tener tiempo; es escribir, aún sin saber que se quiere decir. Es vivir lo inexplicable: es poder decir junto con Pascal que muchas veces “el corazón tiene razones que la razón no entiende”.

Esa es la pasión de la que hablo, la que vivo, y la que quiero compartir hoy. La pasión de la que estamos orgullosos, la que creemos que es nuestra, que nos hace ser una sociedad apasionada; una sociedad que puede estar contenta de no ser “pecho frío”. Es nuestra pasión la que nos conduce a querer mejorar, a luchar por lo que creemos, a no abandonar nuestros ideales, y a vivir la vida intentando calar hondo. Y cada uno tiene sus preferencias, pero la pasión es la misma; y veo que está bueno que ese idioma lo hablemos todos.

Y mientras escribo esto no puedo dejar de pensar en una frase de Sócrates que siempre lo acompañaba: Él decía que una vida sin ser examinada (sin ser cuestionada, sin reflexión) no vale la pena ser vivida. Y a esto me gustaría agregarle, “una vida sin pasión tampoco”.

3 comentarios:

  1. buenisimo Pau! Sabes que una de las frases que me quedo resonando post la pelicula el secreto de sus ojos es cuando francella dice 'el tipo (por el asesino) puede cambiar de todo - de nombre, de casa, de apariencia, pero no puede cambiar de PASION' :) ..

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  2. Sí, tal cual... es buenísima esa parte de la película y muy real.
    Está buenísimo poder ver cuáles son esas pasiones verdaderas, no sentimientos efusivos momentáneos, sino las verdaderas pasiones arraigadas en nuestro interior.. que pase lo que pase siempre van a estar ahí.
    La verdad que es un poco eso lo que quería transmitir... ojalá haya podido :)

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  3. Muy buena reflexion. Creo que la pasion toca esa realidad tan íntima que en algun momento era entendida por esencia. Ese nucleo inavarible que nos hace ser este ente y no otro, identificado con el universal de cada especie, dividio en géneros, pero a la vez portador de cierta individualdiad que nos hace ser únicos.
    Esta reflexión es un evidente llamado de atencion a la pseudo-libertad que se vive y se predica hoy, donde creemos tener control incluso de esas cosas que pertenecen a la Naturaleza y, en última instancia, a la esencia como tal. Invita a reflexionar hasta que punto podemos "elegir" lo que queremos y ser "libres", si eso es la libertad. El ejemplo de la Pelicula me parecio altamente oportuno y al caso.
    Esas pasiones no las podemos cambiar aunque queramos, y como bien se dice, taparlas, ignorarlas o mostrarnos indiferentes hacia ellas no es mas que renunciar a la vida plena, porque querramos o no, es lo que somos.

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