martes, 4 de enero de 2011

Simplicidad





Hay veces en las que uno intenta pensar qué escribir para ser original, para destacarse, para atraer la atención de aquel que decida regalar un poco de su tiempo a la lectura de unas líneas.  Sin embargo, esas veces son las que uno no logra escribir lo que quiere; sino lo que le pasa. Esas veces son las que uno quiere decir frases elegantes, usar las palabras más adecuadas e inusuales; aunque siempre nos terminamos dando cuenta de que las únicas palabras que parecen aparecer en esos momentos son las mismas de siempre: Esas palabras que acusamos de chatas, simples y cotidianas.
 No nos damos cuenta.
 No nos damos cuenta que son esas palabras las que envuelven toda nuestra vida, y que precisamente por eso son las que se nos presentan cuando queremos contar algo que sea de importancia.  Nuestra cotidianeidad se nos vuelve importante, nuestra rutina se convirtió en nuestra vida. Es asi que son esas mismas palabras que usamos a diario aquellas que comenzaron a ser parte de lo que somos, que nos alimentan en el espíritu y nos moldean tanto por dentro como por fuera. Cuantas veces podemos descifrar quien es el otro por como habla. Son las únicas que no nos pueden engañar, esas palabras sencillas, que no traen ningún adorno ni vienen envueltas como si fueran parte de un “juego del paquete” el cual nunca termina de revelar qué es aquello que nos quiere decir. Esas palabras que entiende tanto un niño sin recursos como una persona de buena educación; esas palabras que van mas allá del lenguaje; esas palabras que muchas veces no se pueden poner en palabras. Esas son las que mas valen. Esas son las mas adecuadas.
Usemoslas mas seguido.

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