martes, 7 de junio de 2011

Me di cuenta que escribo menos de lo que quisiera...




Hoy me di cuenta que solo le dedico un momento a escribir cuando me acuerdo de hacerlo... y que lamentablemente mi memoria parece no funcionar tan bien cuando se trata de recordar aquello. Estuve pensando entonces de qué manera hacer que mi escribir no sea tan esporádico, y aún así no pierda su espontaneidad. Sé que me gusta escribir, que lo disfruto... y sin embargo me sucede que no siempre estoy inspirada para hacerlo... por lo tanto no escribo. Otras veces (pienso que la mayoría del tiempo), simplemente me olvido de lo contenta que me pone escribir, y no le dedico por lo tanto ni siquiera un momento.

Escribir por el mero hecho de escribir.
Producir una nueva realidad, un nuevo mundo... que se asemeje tanto al verdadero, que durante ese tiempo que nos tome escribir... solamente creamos vivir en aquel. Es un mundo nuevo, donde rigen las mismas reglas, pero no las mismas experiencias, lugares ni personas. Hay un limite, es cierto, ese limite es el de nuestra propia imaginación. Nuestro texto, nuestra narración, nuestra historia no esta completa sino cuando alguien la lee. No porque necesite de ese lector para existir, sino mas bien porque aquello que nosotros escribimos es un "being"(perdón por el uso de ingles, pero la verdad que en castellano no encuentro palabra que lo describa mejor, es un "estar siendo"constante). Nuestras palabras fijas en un papel se encuentran en un estado de movimiento constante, no quiere ser estático sino que busca un dinamismo. Busca el dinamismo de la interacción cuando se produce una fusión de horizontes, entre las temporalidades históricas que se ven cruzadas por las palabras del texto. El texto escrito busca al lector, tanto como el lector busca al texto. Cuando esto de produce, el autor de aquel texto ha cumplido su misión  La cumple cada vez que un nuevo lector lea. Por eso no podemos hablar de palabras muertas ni libros sepultados, no hay libros que mueran mientras los mantengamos vivos.
Desde este punto, quiero retomar mi reflexión para volver a lo que planteé en un principio: "me di cuenta que escribo mucho menos de lo que quisiera". Me propongo por lo tanto, crearme un hábito. Un hábito en el cual escribir sea el centro, el fin. Un día a la semana, por supuesto creo que a esta altura demás esta aclarar que el día sera elegido arbitrariamente(todavía quiero conservar lo más que pueda la espontaneidad de hacerlo mas o menos cuando me surjan las ganas), antes de comer al mediodía me voy a hacer un momento para poder escribir en mi blog. El tema a tratar creo que se mantendrá al azar como vengo haciendo hasta el momento... a menos que la vida misma me demuestre en estos días que podría hacer algo diferente y tener algún hilo en mis pensamientos... aunque desde ya creo que se sabe, que por mas que los temas de los que escribo son independientes entre sí, siempre existe un cierto hilo si del mismo autor de trata.

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