Es verdad que presenciamos
cambios, y que la reivindicación de la libertad nos dejó a todos mejor parados.
Nada mejor que la libertad de expresión, que la igualdad de trato y condiciones,
que la exigencia de la dignididad humana. Pero una cosa es ser libres y otra
muy distinta es jugar a serlo. No se puede tenerlo todo, y eso es una verdad en
la que considero que todavía creemos. Seríamos muy inocentes si creyéramos que
somos omnipotentes, por tan solo haber ganado algunos pasos en el camino hacia
nuestra libertad. No se trata de una libertad absoluta, porque el hombre no es
un ser absoluto. No se trata de perder las etiquetas y los roles sociales que
nos definen. Justamente eso buscamos, no ser definidos. Como si por alguna
razón las definiciones nos congelaran en el tiempo, y nos redujeran a unas
pocas palabras. Sentimos la claustrofobia de vernos encerrados en un nombre con
el cual poco creemos tener en común. Y por eso decidimos borrarlo todo. Negar
cuanto podamos para afirmar lo imposible. Ya no hay alumno, ni maestro;
policía, ni ladrón; juez, ni acusado. Los límites se volvieron confusos, y al
hacerlo nos hemos fundido en una masa que en lugar de mostrar nuestras
diferencias como tanto anhelábamos, nos ha envuelto a todos en un mar de seres
humanos. O de seres y punto. Como más lo prefieras. Total, aquí el que pone el
límite es uno, nadie más.
¿Pero qué es lo que criticamos
cuando desconocemos aquello ante lo cuál debemos ser críticos?Esa es mi duda.
Nos decimos ser jueces de unas leyes que nunca vimos; creemos ser sabios de una
realidad que jamás analizamos; y consideramos tener el juicio entrenado para
diferenciar lo legal de lo ilegal cuando aún no logramos discernir qué hacer
con nuestras vidas. Pero la máscara aun permanece. Una máscara bajo la cual
escondemos nuestro miedo de habernos dado cuenta que nuestra existencia desnuda
no es más que nuestra existencia desnuda. En lugar de afrontarla, huimos. Nos
disfrazamos, y así creemos finalmente alejarnos. Alejarnos de lo que en algún momento llamaron "verdad", "unidad", "realidad". Y sin embargo, creemos ser libres. Jugamos a serlo, y mientras tanto simplemente nos divertimos.
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