"Las falsas místicas que devoran el alma moderna sienten repuganancia instintiva en definir su objeto: es que presienten que su ídolo una vez definido (es decir, reducido a su humilde medida y a sus proporciones relativas) no podrá ser adorado.
Es lo mismo tratándose de la libertad. Desde hace un siglo y medio, muchos hombres han muerto por esta palabra, de la cual no se ha buscado jamás precisar el sentido. Cuanto más, la idea flotaba en ellos como un vago espejismo de independencia absoluta y de plenitud divina. Encendamos nuestra linterna."
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